Sí, lo del Bicentenario,que en la noche del sabado siete de agosto no se limitó sólo a esta gran cabalgata, sino que la misma supuso la antesala a todo un elenco de actividades propias de la primera noche en blanco de La Isla. Música en las carrozas y arte en las calles que pobló de una punta a otra la ya peatonalizada calle Real. Escenarios al aire libre como la plaza del Rey, la plaza de la Iglesia o la alameda Moreno de Guerra tuvieron su protagonismo, del mismo modo que lo tuvieron también espacios cerrados como el centro de congresos, la Compañía de María o el Museo Municipal.
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